Tenemos que darle la enhorabuena a nuestra compañera Alejandra Moro Begega, de 6º curso de El Condao, porque ganó el concurso con un cuento titulado "Sorpresa en Nochebuena.
A continuación podéis leer el cuento ganador y otros tres más, para que paséis un buen rato.
SORPRESA EN NOCHEBUENA
Como todos los años nos vamos a juntar mis abuelos, los tíos, los primos, mis padrinos. Todos nos reuniremos en mi casa y cada uno preparará un plato especial. A mí lo que más me gusta es el postre que prepara la abuela Clotilde.
Quedan cuatro días para Nochebuena, todavía no he escrito la carta a Papa Noel, pero, sí a los Reyes Magos, así que creo que será el momento de escribirla:
“Querido Papa Noel este año encargo muchos juguetes porque me he portado muy bien, pido:
Un patinete, un reloj, una bicicleta, una flauta, un móvil, una cámara de fotos y ropa.
Espero que me dejes los regalos el día de Nochebuena, un beso Alejandra.”
Ha llamado la abuela Clotilde para comunicarnos que el tío Felipe llegará mañana por la tarde. Así que comencé a ayudar a mi madre a preparar la habitación para el tío, porque se hospedará aquí durante las vacaciones. Cuando me voy para la cama me encuentro muy nerviosa, pensando en los buenos ratos que pasaré con mi tío porque me contará muchas anécdotas de sus aventuras por la India.
Al día siguiente después de desayunar voy a dar un paseo con mi abuelo, a ver si de está manera se pasan las horas rápidamente, regresamos a la hora de la comida después de haber comprado el pan. Cuando llegamos mi madre me dice que tiene una mala noticia que el tío Felipe no llegará hasta mañana porque su avión sufre un retraso.
Después de la comida mi madre me entretiene, ayudándola con los últimos preparativos para la cena.
Por fin es el día y todos estamos reunidos pero aun no ha lllegado el tío Felipe. Mis tías y mí madre tienen la cena preparada, mí papa y mís tíos están decorando el comedor y comienzan a oírse los villancicos y los niños estamos jugando en mi habitación, de repente suena el timbre “din don..” y yo bajo de mi habitación muy rápido para abrir la puerta, grité como una loca ¡¡¡¡ Felipe esta aquí !!!! Todos se mostraron muy contentos, Felipe saludó a todos pero nos dijo que traía una sorpresa de Navidad, salió a la calle y entró con una niña india llamada Chaitali. Nadie se lo esperaba, todos los adultos se quedaron sin palabras, nadie entendía nada. Entonces yo le pregunte a mi tío que porque había venido acompañado, mi tío nos dijo que nos sentásemos que nos iba a contar la historia de Chaitali:
“En el ultimo pueblo donde trabajé acababa de suceder un tsunami, todo estaba desolado mucha gente había perdido la vividas y otros muchos sufrían heridas. Chaitali era la cuarta hija de una familia humilde desaparecida en el tsunami, como tantos niños huérfanos. Cuando la vi llena de suciedad, sola con hambre y llorando no puede hacer otra cosa más que adoptarla. Ahora es mi hija aquí os presento a otra de la familia “
Todos quedamos sorprendidos por lo que nos había contado mi tío Felipe. Mi abuelo le dijo que había sido lo mejor que había echo en su vida y que esta Noche era Buena de verdad.
Cogí de la mano a Chaitali y le pregunté que si sabía nuestro idioma, ella me contestó que sólo sabía un poco, pero fue suficiente para que pudiésemos jugar animadamente hasta el momento de la cena.
Comenzó la cena y aparte de disfrutar de los ricos manjares que la familia había preparado, todos quedamos sorprendidos por las historias que Felipe y Chaitali nos contaron.
Mama nos mandó que los niños nos acostáramos para mañana poder abrir los regalos. Le dije a mi tío que Chaitali dormiría en mí habitación, ella aceptó gustosa. Cuando ya estábamos en la cama recorde que esta noche vendría Papá Noel, y que Chaitali no habría escrito la carta, así que sin pensarlo dos veces me levanté, cogí un papel y un lápiz y comencé a escribir:
“Querido Papá Noel: olvídate de la carta que te escribí, hoy Chaitali y mi tío Felipe me han enseñado que en Navidad debo ser menos egoísta, pues no necesito nada de lo que te pedí, ahora se que hay niños que lo están pasando muy mal, y debemos pedir cosas para ellos, como no se sus direcciones quiero que le traigas regalos para Chaitali, que estos días vive en mi casa y perdió todos sus juguetes en el tsunami. Ah! Si tu sabes de otros niños que necesiten cosas lo mío se lo das a ellos.
Besos Alejandra”
Alejandra colocó la carta encima de la chimenea y se fue a su habitación.
“Chaitali vamos a dormir, ahora nos toca descansar para que mañana me sigas contando cosas de tu país y de tus amigos. Y ya verás que sorpresa vas a tener mañana.”
En un país muy lejano, en una pequeña aldea vivía una familia muy pobre con un hijo llamado Jacobo. Tenia 10 años y todos los días iba a la escuela y cuando salían juntos quedaban para jugar, menos quien tenía que ir a ayudar a su padre que trabajaba en el campo.
Se acercaba la época de Navidad y Jacobo se empezaba a poner triste por que sus Navidades no eran como las de los otros niños.
Todos los años escribía a los reyes magos para que le trajeran una bicicleta, pero nunca se la traían, él no entendía por que a todos los niños les traen juguetes y a el siempre le traen unas botas, un gorro o unos pantalones.
Cuando adornaban el pueblo siempre se quedaba mirando los árboles y las luces, y siempre se quedaba mirando la bicicleta.
El día de nochebuena su padre se puso enfermo y Jacobo pensaba que se iba a morir porque su madre lloraba mucho, entonces Jacobo echó a correr y se paró delante de una iglesia, entro y allí había un gran belén, se arrodilló delante del niño Jesús y llorando le pidió que ya no quería una bicicleta para los Reyes que soló quería que su padre se pusiera bien.
Cuando salió de la iglesia se encontró con tres hombres, eran los Reyes. Jacobo les contó lo que pasaba y los reyes le dijeron que se fuera tranquilo a casa.
Jacobo empezó a caminar, cuando llegó a su casa una gran luz la iluminaba, empezó a correr y al entrar en ella pudo comprobar que su padre ya estaba sano .Jacobo se abrazó a él y se durmió.
Al despertar se emocionó porque los reyes le dejaron la bicicleta que el quería.
No hay que olvidar que la navidad esta llena de magia.
Érase una vez un reno que quería tirar del trineo de Papa Noel todos los demás renos le decían que era imposible y que Papa Noel nunca le iba a escoger.
Un día decidió ir a hacer las pruebas, lo hizo todo muy bien, excepto la de volar, no sabia, entonces empezó a entrenar duramente.
Cuando consiguió aprender a volar, se presento otra vez a las pruebas, y lo consiguió, le escogió, se puso muy contento al poder ir con Papa Noel ha repartir regalos a los niños.
Cuando repartió su primer regalo se puso contentísimo, y, papa Noel le regalo su gorro para que aun se pusiese mas contento.
Pero un niño se despertó por la mañana y no tenia regalos y se puso muy triste, entonces fue llorando a la cama de sus padres.
Los padres le dijeron que no se preocupara que ellos hablarían con Papá Noel, al día siguiente fueron a hablar con él y le dijeron que porque su hijo no había tenido regalos y el dijo que porque se le había olvidado.
Más tarde, apareció en la casa del niño, con todos los regalos que le habían sobrado, eran muchísimos, el niño empezó a dar saltos de alegría.
El reno siguió a Papa Noel para poder pedirle perdón al niño en persona, el niño cuando vio al reno en el jardín se puso muy contento, el reno, se disculpo y se puso a jugar con el niño.
El niño le hizo una propuesta ha Papa Noel, que si le cambiaba todos los juguetes por el reno, Papa Noel dijo que no que le daba una cría, pero que la cuidase muy bien.
El 6 de enero, venían Los Reyes Magos. Un día antes, Aliatar, pasó por el correo para recoger todas las cartas. Todos los niños estaban registrados menos menos Lucía una niña de cuatro años. Aliatar, fue a casa de Lucía para preguntarle que pedía, y, como eran muy pobres Lucía les dijo a Aliatar:
-Yo no puedo pedir nada, porque somos pobres, y no tenemos dinero ni para la carta de los Reyes.
Aliatar le respondió:
-No te preocupe, yo hablaré con los Reyes Magos, para que vengan a visitarte, y lo pides.
Lucía, estaba muy contenta. De repente suena la puerta:
-¡Tokk, Tokk!
Lucía rápidamente corrió hacia la puerta para ver si eran los Reyes Magos; pero solo era el cartero. De repente, vuelve a sonar la puerta:
-¡Tokk, Tokk!
-¿Serán los Reyes Magos? Se preguntó Lucía.
De pronto, abre la puerta, y…Eran los Reyes Magos.
Lucía miró por la mejilla, y abrió la puerta; los Reyes Magos, preguntaron a Lucía:
-¿Qué quieres en estas navidades?
Lucía les respondió:
- Quiero una Barbie y un Nenuco.
Lucía muy impaciente, esperando a que fuese el día 6.
-¡Vete a dormir Lucía que ya es muy tarde para estar despierta!-le ordenó la madre.
El día 6 por la mañana, Lucía rápidamente, fue corriendo hasta la puerta. Estaban las
dos muñecas, que Lucía había pedido, e incluso le trajeron una Bratz. Lucía les dió las gracias a Los Reyes Magos, por haberle traído regalos.