El 20
de diciembre de 1812 fue publicada la primera edición de lo que se conocería
luego simplemente como los cuentos de los hermanos Grimm.
No fueron cuentistas, al menos no de
oficio. Jacob y Wilhelm fueron, ante todo, unos adoradores de la palabra. Los
cuentos fueron más un vehículo para preservar la tradición oral, un estudio de
la lengua mediante la ficción popular, que un divertimento.
Ni siquiera eran historias para niños,
al menos no en principio. Eran historias para adultos cargadas de crueldad. De hecho, los cuentos no fueron un éxito instantáneo. Es
más, las ediciones que siguieron a la de 1812 tuvieron que ser modificadas para
ajustarlas a los gustos de la época , que solía considerar los relatos como crueles o
demasiado cargados de juicios morales de una época que, para
principios del siglo XIX, olía a barbarie. De ese modo ,la madre de Blancanieves y la de Hansel y Gretel de los cuentos originales fueron convertidas en madrastras. Es uno de los muchos ejemplos de cambios que se fueron introduciendo en los cuentos a lo largo del tiempo hasta que la factoría Disney acabó por "dulcificarlos".
Los cuentos de los Hermanos Grimm se
han erigido como un clásico absoluto de la literatura universal. Aquella
primera edición, que se preserva en la ciudad alemana de Kassel, fue declarada
en 2005 como patrimonio cultural de la humanidad.
Los cuentos de los hermanos Grimm han
sido traducidos a 170 idiomas.

